top of page

¿Podemos cambiar los seres humanos?

Crecí oyendo constantemente la frase “la gente no cambia, se modifica”, no sé si esta es su experiencia también, pero era una creencia que había heredado de mi entorno, que aún después de 50 años la continúo escuchando en la gente.

Así que si usted es una de esas personas, permítame tener el gran honor de decirle que eso es totalmente falso. De hecho, es todo lo contrario, estamos en constante cambio y nosotros mismos lo desconocemos.  ¿A qué me refiero con esto? Pues a que una persona puede cambiar de un ser abundante y positivo a uno negativo y lleno de estrechez, y viceversa. Pero, ¿qué puede hacer que esto suceda? ¿Qué experiencias debe pasar un ser humano para lograr un cambio tan radical? Pues amigo mío, la razón principal de todo cambio es el tipo de energía, el momento en que experimentamos la energía y la potencia de esta.

Como ya sabemos, todo es energía, así que las experiencias vividas también lo son. Estas experiencias están cargadas de vibraciones positivas o negativas, que tienen que ser procesadas a través de nuestro cuerpo donde las sentimos y se convierten en vivencias.

Así que estas vivencias, que interactúan con nosotros, no pueden ser controladas por nadie, al menos no por mucho tiempo, porque estas vivencias nos van esculpiendo como la figura que somo hoy. Sabemos que muchas veces no es posible evitar la tristeza, la pérdida de un familiar, la ruptura de una relación, la separación de los seres que más amamos. ¿Quién no ha sufrido la traición de un amigo o de un ser amado? ¿Qué me dices de una enfermedad o la caída económica, que te obliga a deponer muchos de tus placeres, porque sencillamente ya no cuentas con dinero como antes?

 

Ahora bien, te pregunto: ¿es posible que nuestra personalidad cambie con el paso pesado y despiadado de estas energías por nuestra existencia? La contestación es… Claro que sí. Según el Dr. Joe Dispenza, el significado de personalidad es “la realidad de la persona”.  Por tal razón, si la persona ha estado pasando por muchos problemas que le han hecho airarse, las energías de ira están activas dentro de su ser molecularmente.

¿Pero cómo es esto posible?

Según los hallazgos científicos, cuando nos diseñaron, fuimos creados para sentir lo que pensamos; esto significa que cuando pensamos algo en fracciones de segundos se liberan químicos que generan moléculas que crean las emociones. Así que, si pensamos en tristeza, sentiremos tristeza y si pensamos en alegría de igual forma la sentiremos.

Resulta ser que muchas de estas emociones, que son energía, se atrapan en nuestro cuerpo, generando en muchas ocasiones dolor emocional y físico. Una vez la emoción está atrapada, desde ese momento en adelante tu personalidad tiene cambios desde sutiles a bruscos.          

Si lo analizamos, la vida de un ser humano está compuesta por diferentes etapas: niñez, adolescencia, adultez y vejez. En cada etapa no solo cambiamos físicamente sino que también cambiamos en la forma de pensar. Eso se llama ‘evolución’. Este tema es interesante, dependiendo de la perspectiva en  que te mires a ti mismo, pues depende de la conciencia que hayas acumulado para darte cuenta de quién eres en realidad.

Buda se hizo esa pregunta, en la que todos deberíamos reflexionar: ¿Quién soy? ¿Soy el bebé que nací indefenso o soy el niño juguetón? ¿Soy el adolescente o el adulto que soy hoy? ¿O será que soy el anciano en el que me convertiré? ¿Quién eres en realidad?

La contestación es, ninguno… pues no eres lo que fuiste ni serás lo que eres hoy, porque siempre evolucionarás en esta existencia o en la próxima. Así que, ¿puede un ser humano cambiar?   

De acuerdo a un estudio publicado por la revista Science, llevado a cabo por la Universidad de Harvard, a pesar de lo que la mayoría cree, las personas son conscientes de que su vida cambia, pero no conciben que esa transformación haya sido constante y menos que altere su forma de pensar.
 
La investigación dirigida por Dan Gilbert, junto con sus colegas Jordi Quoidbach y Tim Wilson, señalaron que aun cuando la gente no lo note su personalidad se altera en el transcurso de los años. Además, el estudio reveló que entre más viejo sea un individuo menos piensa que va a cambiar con el tiempo.
 
Todos concordaron que la personalidad de un individuo no puede quedar intacta, pues existen diversos factores que influyen sobre ella. Todas las experiencias vividas son las que determinan la forma en que percibimos el entorno y al mismo tiempo, cómo enfrentamos los problemas.
 
Dan Gilbert sugiere que es un mito y comenta: “en realidad, lo que sucede es que a los seres humanos les cuesta asimilar los cambios porque estos alteran cosas que se creían estables”.

Esta conclusión es bien interesante porque en la sabiduría ancestral existe un entendimiento que dicta que nada es fijo, y no existe nada en que podamos sujetarnos; lo que sugiere que  no podemos sostenernos de lo insostenible.

Pues todo está en movimiento, incluyéndonos a nosotros mismos. Por eso envejecemos, y es la vejez la demostración del movimiento del tiempo. Es el río la demostración del agua que fluye hacia el mar; son las nubes la demostración de la lluvia que llega y se va.

Es el planeta tierra la demostración de quietud en el medio del movimiento, pues la tierra gira a unas 1,000 millas por hora. Te pregunto: ¿tú la sientes? Así que al estar todo en continuo movimiento, no hay nada en qué sujetarse; no podemos sujetarnos a un amigo, porque está hoy y mañana no; no podemos sujetarnos al dinero, pues lo tenemos hoy y no lo podremos llevar cuando fallezcamos físicamente.

Por tal razón, tampoco nos podemos sujetar de la vida, porque llegará el momento de una partida. Así que la idea de que no podemos cambiar surge del pensamiento que cree que podemos sujetarnos, el cual no es otra cosa que una demostración de falta de conciencia. Por tanto, ¿qué necesitas dejar de sujetar para que puedas cambiar? ¿Qué creencias te amarran la inconciencia que no te permiten aceptar tu divinidad?

La palabra “apego” es una que ha tomado mucho protagonismo en los últimos años. Se han escrito muchos libros sobre las situaciones que crean esta práctica de apego, cuando se convierte en negativa. Porque cuando nos apegamos a algo, tratando de sustituir lo que no tuvimos, creamos la necesidad de sostenernos de lo insostenible, llevándonos por la ruta directa de la desilusión.

Definición de apego: es un concepto que debemos a la etología; se define como una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos individuos, por medio de sus interacciones recíprocas y cuyo objetivo inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza, ya que esto proporciona seguridad, consuelo y protección.

¿Qué sucede cuando nuestro cuidador no tiene las capacidades y el entendimiento, y recibimos la estimulación incorrecta que desarrolla el apego? ¿Qué tal esta pregunta? ¿Cuáles serán los porcentajes de cada millón de niños que nacen, que salen ilesos con la dicha de tener un hogar elocuentemente emocional, donde reine el amor y desarrollen un apego correcto? ¿Habrá relación con las creencias que nos inculcaron y la forma de ver las cosas ahora de adulto?  

No hay duda de que si hubiéramos tenido la conciencia que tenemos hoy, antes de casarnos y tener hijos, ciertamente viviríamos en un mundo mejor. Así que eso es lo que está haciendo el universo: creando, cada década, seres con mayor conciencia, los cuales puedan procrear esas células llenas de más información, para crear a su vez seres, que al nacer, estén más dotados de inteligencia y del ingrediente más valioso, “la conciencia”.

¿Serán los conceptos que nos han hecho creer los que debemos seguir enseñando?

Te pregunto: ¿te gusta estar en tierra firme?

Pero en realidad… ¿qué es la tierra firme? Si nuestro planeta está flotando en el espacio, ¿será que nuestra realidad tal vez no sea la total realidad, sino la que percibimos por falta de conciencia? ¿Podrá la expansión de la conciencia regalarnos la esperanza de un nuevo futuro? Uno más real, de mayor visión, prometiéndonos poder cambiar en segundos a mejores seres, sin tener que aceptar, cabizbajos, lo que tal vez seamos, por no comprender que el cambio está dentro de nuestro ser, esperando por nosotros a que despertemos.

¿Podrá esta conciencia mayor unificarnos más a la fuerza creadora de Dios? Mi respuesta, muy personal, es ¡Sí!... Porque, si cada ser humano tiene una porción de Dios, esto quiere decir que esa porción divina vive en cada uno de nosotros; tiene presencia.  Si tiene presencia, quiere decir que existe, y si existe tiene energía, y todo lo que tiene energía puede aumentar su vibración. Así que podría ser que cada uno de nosotros debamos pasar por la tierra para entender cómo esa energía puede aumentar dentro de nuestro ser, pues si aumentamos esa energía nos convertiremos en ella misma.  

Ahora te pregunto: si logras aumentar esta energía dentro de ti, ¿será posible que salga de ti el deseo de matar, robar o hacer daño? No creo… porque esa energía es positiva, es una energía de amor. Ahora bien, si una persona deja las drogas, el alcohol, el robo; cambia su vocabulario y ya no habla palabras soeces, ¿esa persona cambió?  Claro que sí… Por tal razón, ¿será posible cambiar?

Si estás leyendo este artículo online, te invito a que lo leas con esta música. https://www.youtube.com/watch?v=TGg6lin-AVE espero que sea una experiencia agradable y única. Dios te bendiga.

bottom of page